Minenergía advirtió que sin fracking el dólar subiría hasta los $5.000

Nuevas áreas continentales, exploración costa afuera e importaciones de gas son algunas de las alternativas que tiene el Gobierno.

Kevin Steven Bohórquez Guevara – kbohoquez@larepublica.com.co

Ante la incertidumbre sobre lo que pasará si no se implementa la técnica de fracturación hidráulica (fracking) en el país, la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, advirtió que se generarían algunos efectos negativos, entre ellos, el aumento en la tasa de cambio. La funcionaria envió dicha alerta al puntualizar que la no implementación de esta tecnología podría elevar el dólar hasta los $5.000. Este escenario se daría por la reducción de los ingresos petroleros, lo que significa que la llegada de divisas disminuiría considerablemente.

“Hoy, producimos 900.000 barriles de petróleo, utilizamos cerca de 400.000 barriles en el gasto interno y para eso tenemos reservas en seis años. Cerca de 500.000 barriles son exportados y nos representa dólares. ¿Cuál sería la consecuencia? Que el dólar no estará en $3.400, sino en $5.000”, indicó Suárez a varios medios.

Agregó que no hacer fracking no solo pone en riesgo las cuentas fiscales de la nación, sino también la seguridad energética de Colombia.

A la par de sus declaraciones, la funcionaria aseguró que mientras el Consejo de Estado discute el futuro del fracking, el Gobierno Nacional avanza en otras alternativas para garantizar la autosuficiencia energética a mediano plazo. Con las expectativas de que la discusión del alto tribunal sobre los Yacimientos No Convencionales se prolongue hasta 2020, dicha cartera prevé impulsar la exploración costa afuera, los nuevos contratos continentales y la importación de gas. Unas medidas que servirán para ponerle frente a las bajas reservas en hidrocarburos.

Las alertas por el leve abastecimiento que se podría presentar después de 2023, especialmente en materia de gas, es uno de los detonantes para que este año se agilice la firma de los contratos petroleros por parte de la Agencia Nacional de Hidrocarburos. Pese a que estas acciones serían tan solo uno de los frentes de trabajo, lo cierto es que son fundamentales para sopesar los riesgos de quedarse sin gas o petróleo.

Así lo confirmó la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, quien destacó que el fracking no ha sido el único camino en el que se ha trabajado. “Estamos trabajando en aumentar la cantidad de actividad en los yacimientos convencionales y por eso se han asignado 11 bloques. Viene una nueva ronda (petrolera) y también nuevos contratos costa afuera”.

Suárez ratificó que las implicaciones de quedarse sin hidrocarburos son altas. “Lo que dan los prónosticos es que entre 2023 y 2025 tendríamos que importar gas”, dijo y resaltó que una de las consesuencias estará en la seguridad energética. “Ese gas tendrá que ser importado, o desde Venezuela que es desde donde tenemos un tubo, o probablemente con el fracking de Estados Unidos (…). El segundo efecto, que es el macroeconómico, es que tendremos que utilizar los dólares del café, o de las flores, para comprar el diésel y la gasolina”, explicó.

Sobre la importación, si bien el país ya tiene una terminal en Cartagena, y alista la licitación de la Regasificadora del Pacífico, los efectos reales de esta opción afectarían el bolsillo de los colombianos. La razón: se incrementaría hasta el doble la tarifa del servicio de gas.

Germán Espinosa, presidente de Campetrol, explicó que se debe “ser consciente del rol protagónico del petróleo en el transporte, la industria y la competitividad del país, así como del gas, servicio de consumo básico del día a día para los hogares, el agro y el comercio”.

Según las cifras oficiales, Colombia pasó el año pasado de tener 11,7 años de autosuficiencia en gas a 9,8 años (3.782 giga pies cúbicos), mientras que las reservas de petróleo pasaron de 5,7 años a 6,2 años, al subir en 2018 a 1.958 millones de barriles.

Tomado de La República