Con el objetivo de que en dos años energías renovables no convencionales sean cerca de 12% de la matriz nacional, la empresa del Grupo Argos avanza con la inversión de $1,3 billones
Daniela Morales Soler – dmorales@larepublica.com.co
El país se encuentra en medio de un proceso de transición en busca de diversificar su matriz hacia energías renovables no convencionales. Según el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, entre 12% y 14% de la cesta en 2022 será de estas fuentes, y las empresas hacen sus inversiones para lograrlo.
Ricardo Sierra, CEO de Celsia, empresa del Grupo Argos, expuso que 2020 fue un año de avance en este aspecto para la compañía, gracias a la puesta en marcha de proyectos de fuentes renovables convencionales y no convencionales, y que es un camino que continuarán.
“Tenemos en evaluación más de 15 proyectos de granjas solares en Colombia, para un total de 650 MW, que esperamos poner en operación comercial en los próximos 18 a 24 meses”, afirmó el ejecutivo.
La empresa tiene una capacidad de generación renovable de 88% del total y espera llegar a que 42% de su capacidad de generación sea con fuentes renovables no convencionales. Para ello, la filial de Grupo Argos tiene un presupuesto de $1,3 billones para 2021, de los cuales, una parte provendrá del programa de bonos verdes, con un cupo global de $420.000 millones.
Otra de las firmas que le está apostando a la generación de energías con estas fuentes es EPM. La antioqueña tiene un portafolio de cerca de 40 proyectos entre renovables convencionales y no convencionales para cubrir la demanda del futuro, de 2026 en adelante.
LOS CONTRASTES
Ricardo Sierra
CEO de Celsia
“Estas iniciativas contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático, y a su vez ayudan a nuestros clientes empresariales a hacer sus procesos más sostenibles y a mejorar su competitividad”.
Así mismo, entre 2022 y 2026, esperan que entren en operación 500 megavatios de no convencionales, para un total de 6.180 MW en energías renovables. Para este corto plazo, EPM cuenta con la entrada de Hidroituango, dos pequeñas centrales hidroeléctricas y otros proyectos de no convencionales. De cumplirse el plan, su matriz sería 86% hidroeléctrica, 8,4% de renovables no convencionales y 5,7% térmica.
En medio el avance de estas tecnologías, Germán Corredor, director de Ser Colombia, asociación Energías Renovables, dijo que causa preocupación que con la tributaria se graven los paneles solares, pues podría desincentivar este tipo de inversiones.
Air-e, la compañía de energía que remplazó a Electricaribe en tres departamentos del norte del país fue una de las mayores compradoras de Contratos de Largo Plazo del Ministerio de Minas y Energía en la última subasta
John Jairo Toro, su gerente, señaló que “estamos viabilizando un portafolio de 40 MW de proyectos FNCER en nuestra zona de influencia”. Toro, además, informó que este año, 2,7% de la energía contratada está respaldada por no convencionales y que con los contratos de la subasta y con los de promotores de proyectos solares y eólicos lograron cubrimiento promedio superior a 10% de la demanda para los tres años siguientes.
Por su parte, Enel este año avanzará con dos proyectos convencionales no renovables. De acuerdo con Lucio Rubio, director general de Enel Colombia en una entrevista a LR, el primero de estos, Windpeshi, tendrá una capacidad instalada de 205 megavatios. El segundo, La Loma, es un parque solar en el Cesar con capacidad instalada de 185 MWdc.
Uno de los retos de esta transición es que las fuentes renovables tendrían problemas de confiablidad. “Son intermitentes, dependen de la radiación y del viento, factores que no se pueden controlar”, afirmó Sierra.
Al respecto, Alejandro Castañeda, director de Andeg, en la medida en que avancen estas fuentes deberá crecer la térmica “para brindar confiabilidad al sistema”. No obstante, cree que las baterías y otras alternativas se deben explorar en paralelo.
Tomado de La República