Sin confianza ni acuerdos, vamos mal

Camilo Sánchez, Presidente de Andesco

Tomado de Portafolio

Es evidente que el año no empezó bien. Perder la sede de los Panamericanos de 2027 en Barranquilla por no cumplir con los pagos previstos; emboscadas mortales a personal del Ejército; asesinato de un alcalde saliente en Guachené y de un concejal entrante en Tuluá; anuncios de decretos para cambiar la estratificación y la desfinanciación de las EPS para atender sus labores, todos son síntomas de alerta. 

No vamos por buen camino. La manera como nos estamos relacionando entre Gobierno, empresarios, gremios y ciudadanía no está dando los resultados esperados para ninguna de las partes y lo único real es más pesimismo, polarización y distanciamiento.

La confianza es un valor esencial. Si seguimos como vamos se acentuará la incertidumbre y desembocaremos en la temida y peligrosa recesión, que será el peor de los escenarios para nuestra economía y sociedad, especialmente para los más vulnerables. Seguir anunciando los actos gubernamentales a través de ‘tuits’ es inconveniente, generará caos sin resultados concretos.

Es ahora o nunca, llegó el momento de avanzar mediante las mesas de concertación a través de estudios técnicos en cada uno de los procesos en curso: laboral, salud, pensiones, tierras, seguridad, vivienda, educación, turismo y servicios públicos.

Esto requiere de la designación, por parte del Presidente, de un equipo para su coordinación y relatoría, para que adelanten discusiones y procesos desde lo pragmático antes de llevar estas reformas al Congreso, y así lograr sobrepasar las posturas ideológicas, generando articulados factibles.

Por ejemplo, hablar de una nueva reforma tributaria, cuando los resultados de la aprobada hace pocos meses no han sido evaluados, entraña improvisación y desespero, enrareciendo aún más el ambiente, atiborrando los trámites de las reformas en curso.

En un balance preliminar, sólo se han podido concretar menos del 11% de las propuestas del Ejecutivo, y lo preocupante es que continúan más anuncios que distraen el propósito central.

De otra parte, la ejecución presupuestal fue muy baja y no se materializó en proyectos de reactivación económica, sino en muchos pequeños proyectos de última hora. Será importante no paralizar las obras de infraestructura en todas las regiones, independiente de que estén administradas por vertientes políticas diferentes al Gobierno.

Las encuestas están mostrando una situación de pesimismo generalizado. Dejemos de lado los egos y empecemos una nueva etapa de hablar menos y ejecutar más, evitando improvisar otra Patria Boba al desaprovechar este cuatrienio. De otra forma los ganadores serán la politiquería, el narcotráfico y la corrupción.

No tiene sentido que la mitad de los colombianos estén contando los días que quedan de este Gobierno para que pase rápido, esperando menos daños colaterales. Tampoco que la otra mitad quiera cambiarlo todo sin importar el cómo ni sus efectos. De nuestro lado seguiremos proponiendo la concertación con cabeza fría e inteligencia, teniendo como lema insistir, resistir, persistir y nunca desistir.