“No es hora de divisiones sino de solidaridad y compromiso. Nuestras acciones definirán la confianza y legitimidad de los interesados para que al final, pasada la tormenta, héroes y ciudadanos podamos decir: misión cumplida”.
Estos días de emergencia, inéditos por la cuarentena, han servido para entender que estamos en una situación de indefensión que impone comportamientos responsables para no incrementar la condición de riesgo.
Las medidas adoptadas, que respaldamos, implican una actuación conjunta para frenar la movilidad del agente contagioso y generar el cuidado de unos a otros. Por eso, es fundamental la solidaridad y la unidad de mando en cabeza del Presidente de la República, coordinado con las regiones.
Sería inmanejable cumplir con tranquilidad un aislamiento sin acueducto, alcantarillado, aseo, gestión de residuos, energía eléctrica, gas natural, telecomunicaciones y televisión. Por eso, nuestro mensaje de no permitir poner en riesgo la sostenibilidad financiera de los prestadores, ha tenido eco y respuesta acorde con nuestro ordenamiento constitucional y legal. El Gobierno Nacional y los mandatarios locales así lo han comunicado.
En servicios públicos hay un esquema de subsidios y contribuciones que afianzan el concepto de solidaridad; los hogares de estratos bajos pagan mensualmente un valor menor dependiendo del servicio; por ejemplo, para estrato uno, solo pagan entre el 30% y el 50% de lo que realmente costaría; mientras que los estratos altos y el sector productivo contribuyen con un valor mayor. Si estas contribuciones no alcanzan a cubrir toda la cuenta, corresponde a los presupuestos oficiales saldar el déficit. En este sector YA SE CUENTA con un esquema de apoyo estatal y empresarial a los ciudadanos.
También ha habido solidaridad con quienes pueden pagar; se han venido reconectando a quienes tenían suspendido el acceso por falta de pago; acompañamos las medidas para aquellos usuarios que no puedan pagar; solicitamos mecanismos de financiación y la creación de fondos para el sector con el fin de no sacrificar su capacidad operativa, y evitar desmejora en la prestación.
De los usuarios se espera un uso racional, sin derroche. Aquellos que tengan capacidad deben pagar oportunamente, para focalizar los apoyos estatales donde haya mayor necesidad.
Los esfuerzos de las empresas prestadoras son descomunales en esta emergencia, sin dejar de prestar los servicios; el personal está ejerciendo labores exponiendo su salud con el propósito de garantizar la de todos. Estos HÉROES SILENCIOSOS DEL SERVICIO están atendiendo permanentemente en escenarios de incertidumbre que serán más favorables si los usuarios y el Estado siguen brindando apoyo.
Diariamente hay cuadrillas de trabajadores en las plantas de tratamiento, centrales de generación, campos de explotación y compresoras de gas, subestaciones, gasoductos, centrales de operación de comunicaciones, camiones recolectores de residuos y en las redes de todo el país. Ya quedó claro que para todos los servicios públicos se han dictado las medidas pertinentes y ya estamos en su implementación.
Reiteramos que el Presidente y sus ministros han sido enfáticos en que quienes tengan capacidad de pagar lo sigan haciendo, en que no existe gratuidad en ningún servicio, estrato, ni municipio.
Dentro de los Héroes Anónimos, todo nuestro reconocimiento al personal del sector salud; de la fuerza pública y de atención de emergencias que nos brindan seguridad; a los responsables de la cadena de alimentos como los campesinos, transportistas y distribuidores.
No es hora de divisiones sino de solidaridad y compromiso. Nuestras acciones definirán la confianza y legitimidad de los interesados para que al final, pasada la tormenta, héroes y ciudadanos podamos decir: misión cumplida.
Camilo Sánchez Ortega
Presidente de Andesco
Tomado de Revista El Congreso