Los pasos que marca el sector mineroenergético para contribuir en la reactivación económica del país
El sector mineroenergético es uno de los principales motores de desarrollo social y económico del país: aporta 7 puntos del PIB, uno de cada tres dólares de la inversión extranjera directa y más del 50 por ciento de las exportaciones.
Entre impuestos, derechos económicos y dividendos, es responsable de cerca del 12 por ciento de los ingresos corrientes de la Nación. Las regalías que aportan los proyectos de minería e hidrocarburos, más de 24 billones de pesos en el bienio 2019-2020, son fuente fundamental de desarrollo regional, llegando a representar hasta el 30 por ciento de los presupuestos de inversión de los municipios y departamentos productores.
Como consecuencia del covid-19, el país y su economía afrontan una de las peores crisis de la historia. Según el más reciente Marco Fiscal de Mediano Plazo, a causa de la pandemia pasamos de una proyección de crecimiento de 3,7 por cinto a una contracción de 5,5 por ciento para el 2020. Pese a este sombrío panorama, el sector mineroenergético tiene la oportunidad de jugar un papel protagónico en la reactivación económica.
Desde el inicio del Gobierno nos propusimos crear las condiciones necesarias para dinamizar y atraer una mayor inversión al sector. Tanto en la Ley de Crecimiento como en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) introdujimos incentivos para las industrias intensivas en el uso de capital como la energía, la minería y los hidrocarburos.
Por ejemplo, redujimos gradualmente el impuesto sobre la renta a las empresas de 33 a 30 por ciento; permitimos que el IVA pagado en la adquisición de activos reales productivos sea 100 por ciento descontable contra el impuesto sobre la renta, eliminando, en la práctica, el IVA a estas inversiones; ampliamos de 5 a 15 años la sobrededucción del 50 por ciento de las inversiones en generación con energías renovables no convencionales y eficiencia energética, e hicimos automática la exclusión del IVA en la compra de paneles solares para democratizar el uso de esta tecnología.
Gracias a este trabajo, hoy tenemos resultados concretos que permitirán impulsar una reactivación sostenible basada en tres ejes estratégicos, la cual incluye 35 proyectos priorizados que suman más de 37 billones de pesos en inversión y 56.000 empleos en los próximos dos años.
El primer eje es acelerar la transición energética con la ejecución de 14 proyectos de energías renovables no convencionales que suman más de 8 billones de pesos en inversión y que nos permitirán dar un salto histórico al pasar de menos de 1 por ciento de generación de este tipo de fuentes a más del 12 por ciento en 2022, uno de los logros más importantes en lo corrido de Gobierno.
Esto se complementa con la modernización, descentralización y digitalización del sector eléctrico, para lo cual hemos expedido normativa para agilizar trámites en el acceso a beneficios tributarios, hacer más expedito el acceso a puntos de conexión y desplegar la medición inteligente.
El segundo eje es la diversificación de la canasta minera con la ejecución de proyectos de oro y cobre a gran escala, con tecnología de punta y que cumplan con los más altos estándares ambientales. En este renglón tenemos 9 proyectos priorizados que suman cerca de 17 billones de pesos en inversión y 35.000 empleos.
La diversificación minera con metales fundamentales para la transición energética debe ir acompañada de una lucha frontal contra la explotación ilícita de minerales que, al mismo tiempo, apoye y acompañe a quienes quieran hacer el tránsito a la legalidad.
El tercer eje se concentra en capitalizar la reactivación del sector de hidrocarburos que iniciamos hace dos años. Cuando llegamos al Gobierno habían transcurrido más de cinco años sin firmar un solo contrato de exploración y producción. Gracias al Proceso Permanente de Asignación de Áreas y a mejoras contractuales, hemos firmado 31 nuevos contratos con compromisos exploratorios por cerca de 10 billones de pesos, incluyendo 6 bloques costa afuera.
El desafío no es menor. Además de las dificultades propias de la pandemia, varios de estos proyectos están en proceso de surtir trámites ambientales y de consulta previa. Sin embargo, con un trabajo articulado entre el Gobierno Nacional, los entes territoriales y las comunidades, el país tiene todo a favor para sacarlos adelante. La consigna en este segundo tiempo del Ministerio de Minas y Energía no puede ser otra que impulsar la reactivación sostenible de la economía colombiana.
DIEGO MESA PUYO
Ministro de Minas y Energía
Tomado de El Tiempo