En entrevista con El Espectador, Marcos Paez, director comercial para Colombia y Panamá de GreenYellow, explica la importancia de que las empresas tengan una optimización energética de cara a los nuevos retos como país.
¿Qué importancia tiene para una empresa contar con una optimización energética teniendo en cuenta los retos ambientales de esta nueva década?
Lo más importante para las organizaciones hoy en día, cuando ya han pasado cien días de cuarentena y que no se sabe cuántos más quedan, es que entiendan que esto es un cambio del mercado y que le va a tomar tiempos más largos a la economía reactivarse. También se demorarán en abrirse nuevos mercados y en volver a llegar a unas posiciones de confort económico a nivel operacional. Por eso, el llamado a las empresas es ver cómo hacer para una supervivencia en estos estados críticos financieros y para esto tenemos dos opciones: Cómo competimos de una mejor forma en el mercado a través de los diferentes productos o servicios que ellos ofrecen y cómo optimizamos nuestros recursos para ello. Hoy en día la competitividad de las organizaciones está mandada a entender cómo desde el interior se hacen más eficientes las cifras. Uno de los elementos más importantes del mayor incremento que ha tenido a nivel de estructura financiera en las operaciones ha sido el costo de energía y cómo esta está impactando cada vez más en su estructura de costos, ya sea de productos o de servicios, que, asociados al precio final, lo que hace es que los precios o se incrementen por la ampliación del mercado y que por el contrario se terminen reduciendo las ganancias operativas. Entonces las empresas se preguntan ¿qué hago yo para sostener mi negocio?
El factor energético es una transversal muy importante a la misma estructura de costos de producto, como de gastos operacionales y administrativos. Esa condición de tener hoy una capacidad de hacer más eficiente la infraestructura actual con la que cuentan, porque cada vez que consumimos energía tenemos un factor de costos asociados. En la medida en que podamos generar estrategias para la optimización de esa infraestructura eléctrica, eso va a permitir optimizar los consumos energéticos, pagar menores costos de energía, de operación y mantenimiento, todo eso se traduce en eficiencia creativa y en productividad. Para eso las empresas deben crear programas estratégicos para entender cómo es el comportamiento energético de sus organizaciones, cómo consumen la energía, cómo es la distribución de energía en toda su operación, que entiendan cómo pueden ser más eficientes, incluso, ajustando horarios de trabajo. La idea de lo que hacemos es que las empresas puedan generar este tipo de estrategias sin tener que hacer inversión. Nosotros con esos estudios nos comprometemos a hacer todo un recambio de actualización tecnológica bajo un modelo de ahorros que permitan cubrir la inversión, genera los beneficios tanto en consumo como en tarifa, pero también ganar en servicio y en el control de una infraestructura y todo eso lo hacemos nosotros.
Ustedes invierten en diferentes sectores como retail, hotelero, aeropuertos y hospitales, ¿cómo ha cambiado el panorama en sus inversiones y proyectos futuros teniendo en cuenta la situación actual producida por el coronavirus?
Hay una incertidumbre de respiración económica. Todavía las empresas no saben qué hacer, lo único que comprenden es que tienen que tomar acciones. Hemos visto diferentes tipos de impacto, desde diferentes sectores como el hotelero que ha sufrido mucho, aunque ya están tomando acciones, de hecho, hemos podido acompañar a algunos hoteles que han montado sus sistemas de autogeneración porque a nivel global, en especial en este sector, los huéspedes valoran que donde se hospedan sea sostenible. Por ejemplo, en la Isla del Encanto en las Islas del Rosario instalamos un proyecto en un lugar en el que la energía la generaban con diésel, eso hace que después de nuestra intervención podamos poner un sello verde que identifique a los establecimientos que operan con energías limpias. También acompañamos a unas constructoras en el Amazonas que tienen proyectos sostenibles y renovables, aunque está un poco en pausa por el Covid-19.
En el país han realizado más de 400 proyectos de transformación de eficiencia energética, ¿cómo se ha visto eso en beneficios para el país?
Los contratos de eficiencia energética han generado beneficios como la reducción de consumos de kilowatts que tenían contratados, entre 20% y 30%, incluso algunos casos el porcentaje es mayor en esa reducción de consumo. También esa eficiencia energética ha generado un ahorro por cobros de tarifa del arreglo, eso son beneficios automáticos. Cuando haces un proyecto de eficiencia energética los ahorros se ven a los 30 días de entrados en operación. Sin contar todo el tema de la reducción de emisión de Co2 (dióxido de carbono), que en Colombia no se ha valorado tanto, pero que podemos decir que está cogiendo fuerza. Principalmente, las empresas colombianas están tomando la eficiencia energética en consideración porque son un ahorro, porque como estrategia de marketing existe un compromiso de sostenibilidad que es valorado por el cliente y porque algunos sectores de la industria están emitiendo menores contaminantes de co2, eso es un tema de alto impacto que hoy se valora.
¿Cuántos empleos directos e indirectos genera GreenYellow en Colombia?
Tenemos un gran compromiso con el empleo del país. En esta etapa tan crítica provocada por el coronavirus no hemos tenido ninguna reducción de personal, por el contrario, gracias a la proyección que tenemos como compañía hemos subido en número de empleados. Hoy estamos alrededor de 70 funcionarios en Colombia con contratación directa, entre ingenieros eléctricos, electrónicos, mecánicos, industriales, administradores y financieros. Ahora, cuando nosotros vamos a un proyecto dependiendo el tamaño del mismo generamos una mayor capacidad de empleo al contratar diferentes actividades que agregan valor a nuestras instalaciones. En este momento tenemos un proyecto solar fotovoltaico en Córdoba en el que trabajan alrededor de 150 personas.
¿Hacia dónde deberían ir los esfuerzos del país para tener un uso mejor en el abastecimiento de energía?
Yo creo que el gobierno es consciente de este tema al haber creado un marco regulatorio positivo, que de hecho creemos que uno de los mejores en este aspecto en Latinoamérica, a nivel de beneficios. Tanto para incorporación de energía renovable, como la señal fotovoltaica o para proyectos de eficiencia energética que tiene unas ventajas importantes que de pronto se pensaron para cierto tamaño o tipo de empresa. Hoy hay que ampliar ese espectro porque en el proceso desde que se generó la ley 1715, que tiene por objeto promover el desarrollo y la utilización de las fuentes no convencionales de energía, principalmente aquellas de carácter renovable, en el sistema energético nacional, lamentablemente se ha llenado de trámites, que lo que están haciendo es que se reduzca el interés de muchas empresas en poder participar y acceder a estos beneficios.
Hoy, siendo julio, tenemos un atasco impresionante en proyectos desde diciembre de 2019 en los que estamos solicitando beneficios tributarios de renta, de exención de iva, depreciación acelerada, y la demora es porque se cruzaron con la ley antitrámites y por eso siguen en cola. El marco regulatorio está, el cómo es el que está dificultando el poder acceder a los mismos. Además, se están dando beneficios para un sector muy pequeño que cobija a pymes, aunque estas compañías no cuentan con los recursos para poder apalancar este tipo de inversión y financieramente no logran ese respaldo. Ahora, cuando hablamos de las grandes compañías, que son las grandes empresas que están interesadas y que también son las que más contaminan, y que se ubican entre 100 Kilovatio Pico y 1000 Kilovatio Pico, ahí es donde está el grueso de la industria del país, estas tienen todas las dificultades porque además deben pasar por más trámites. Hay muchas barreras todavía.
¿Entonces qué alternativas quedan?
Hoy en día para poder facilitar ese proceso de transición económica, nosotros les estamos ofreciendo a las empresas dos alternativas: un modelo de pagos por ahorro para que las compañías no hagan ninguna inversión y el otro es un modelo de autogeneración de energía solar fotovoltaica donde nosotros establecemos modelos de venta de PPA (Power Purchase Agreement), en el que hacemos la inversión y el cliente hace uso del aprovechamiento de una energía limpia, más económica y que ayude a la reducción de Co2. Con estas dos alternativas realmente ayudamos a que se haga un correcto proceso de transición y que sean más efectivos sus recursos financieros y tengan éxito sus negocios.
Tomado de El Espectador