Tomado de Portafolio
Este viernes, 3 de diciembre, se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad -PcD-. Es por esto, que durante toda la semana estuvimos reconociendo, en colaboración con la Consejería Presidencial para la Participación de las Personas con Discapacidad, Pacto Global, Andesco y nuestras empresas de servicios públicos y comunicaciones, cómo nuestro sector avanza en el proceso de inclusión, dejando claro que es una obligación moral y ética con la cual todos ganamos.
En el país hay más de tres millones de PcD (7,2% de la población), cifra que puede tener un alto subregistro por culpa de nosotros mismos porque muchos colombianos que tenemos alguna discapacidad no estamos dispuestos a anotarnos por miedo a ser estigmatizados. Llegó el momento de sincerarnos y mostrar que no somos un estorbo, por el contrario, podemos y estamos aportando mucho a la sociedad.
Solo cuando uno vive en carne propia o en el entorno familiar estas situaciones, se da cuenta que tenemos que recuperar el tiempo perdido. El mundo nos pertenece a todos; esta no es una frase de cajón. La INCLUSIÓN, con mayúsculas, no es una opción, es un deber legal y humano.
Ningún ejemplo mejor que el notable desempeño en los recientes juegos paralímpicos de Tokio, donde se superaron todas las expectativas, y nuestros para atletas llenaron de medallas el espectro deportivo y las notas de nuestro himno nacional retumbaron en lo más alto. No es suficiente sentirnos orgullosos, necesitamos que el Gobierno, las empresas, instituciones y ciudadanía nos comprometamos más.
Para romper barreras y paradigmas debemos actuar: cambiar el lenguaje, dejar de lado el estereotipo y respetar la diferencia. La educación es fundamental, hay que innovar para continuar abriéndoles puertas a este grupo de compatriotas a nuevas oportunidades y así permitirles crecer de manera autónoma.
Es importante dar a conocer toda la normativa y beneficios para la inclusión y contratación de las PcD a nuestros empresarios, porque al aplicarlos bien, lograremos un gana-gana.
Igualmente, hay que ir eliminando las barreras en los espacios físicos; sobre todo en aquellos lugares de acceso público. Revisemos las rampas con pendientes inhumanas, mejoremos los andenes para que dejen de ser un riesgo. Recordemos que todos tenemos que transportarnos y ahí también hay un gran atraso; por eso cada vez que estemos planeando el desarrollo de nuestras ciudades, siempre debemos pensar en ellos y en las personas mayores. Hoy por ellos, mañana no sabemos.
Ya de por sí la vida es difícil para todos, pero lo inaudito es que a las personas con discapacidad se las compliquemos más.
Finalmente, nuestro llamado es a la acción, no más palmaditas en la espalda. Necesitamos resultados concretos y más oportunidades para que podamos decir que inclusión no es solo que nos inviten al baile, sino que nos permitan brillar en la pista.
Camilo Sánchez Ortega
Presidente de Andesco.