En Colombia, entre el 60 % y el 70 % de los residuos son orgánicos, la mayor parte son recolectados por camiones compactadores y cerca del 94 % son dispuestos en rellenos sanitarios con licencia y controles ambientales, revela Veolia.
Sostenibilidad, aprovechamiento, reciclaje y optimización de recursos son definiciones que cada vez cobran más valor en la manera de hacer sociedad desde todas las perspectivas. El compromiso con el ecosistema cada vez es mayor y Colombia no es la excepción, aunque aún queda un camino largo por recorrer.
John Jairo Martínez, director de Relaciones Institucionales y Regulación de Veolia Colombia, asegura que en el país se recicla cerca del 8,6 % de los materiales en formas de envases y empaques y cerca del 17 % del total de los residuos que se generan.
Aunque bajos, estos números son mejores que los de otros países de América Latina, pero muy inferiores en comparación con países europeos más desarrollados. La producción de residuos está directamente relacionada con los ingresos, razón por la cual la producción de residuos colombiana puede ser hasta cinco veces menor, per cápita, que la de los países de mayores ingresos.
En palabras del experto, Colombia ha tenido avances importantes en el manejo de sus residuos sólidos, a pesar de las falencias que aún tiene la infraestructura nacional en este sentido.
La mayor parte de los residuos son recolectados por camiones compactadores y cerca del 94 % son dispuestos en rellenos sanitarios con licencia y controles ambientales.
“Entre el 60 % y el 70 % de los residuos en Colombia son orgánicos, los cuales van a rellenos sanitarios y pueden tener oportunidades de aprovechamiento, especialmente con el aprovechamiento de los gases que se producen. El resto, entre el 30 % y el 40 % de los residuos, corresponden a materiales (cartón, plástico, metales, madera, textiles y similares).
Asegura el vocero de Veolia que, para el aprovechamiento de los materiales reciclables se han desarrollado en el país tecnologías en varios sentidos, especialmente para el manejo de plásticos, “aunque hay que aclarar que no todos los materiales que tecnológicamente son reciclables, realmente lo son, por las dificultades logísticas, los residuos mal presentados (sucios) o su baja demanda”. La economía circular busca que se avance en la fabricación de productos con materiales que sean fácilmente reciclables y en este punto aún falta mucho por avanzar.
El mercado en Colombia ha demostrado ser muy ágil para responder a los incentivos normativos. En el país la regulación en materia de aprovechamiento debe ser revisada y evaluada con frecuencia para hacer los ajustes requeridos y dar los incentivos correctos.
Un ejemplo, según Martínez, está en ajustar las condiciones técnicas para permitir el uso del gas de rellenos sanitarios en redes, ajustar totalmente la normatividad sobre el cobro del reciclaje en las tarifas del servicio de aseo, disponer de proyectos nacionales –en asocio con las regiones– para aprovechamiento de residuos orgánicos (aprovechamiento energético, por ejemplo) y, en el tiempo, hacer más ambiciosos los objetivos de reciclaje de materiales.
El aprovechamiento de los residuos resulta una problemática global, de modo que hay beneficios que se reparten entre todos los habitantes del planeta, como los relacionados con las metas mundiales para el cambio climático, a través de la optimización en el uso de los recursos, que es una de las prioridades en Veolia, y otras que tienen que ver con la salud pública y la generación de un modelo sostenible de producción y uso de residuos.
“Lo anterior sin contar con que las vidas útiles de los rellenos sanitarios son finitas y cada vez más difíciles de implementar por la oposición, lamentablemente desinformada, de las comunidades”.
Gracias a la entrada a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y a la suscripción de los Acuerdos de París sobre cambio climático, Colombia ha adoptado mecanismos para cumplir con las llamadas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés), compromisos de corto plazo para cumplir con la meta global de incrementos inferiores a 1,5 grados Celsius en temperatura global.
En materia de residuos, el país les ha apostado a varias normativas para lograr un mejor control y manejo de sus residuos: la Resolución del Ministerio de Ambiente sobre posconsumo ha incentivado a los fabricantes e importadores de envases y empaques a garantizar porcentajes definidos de reciclaje, con una meta clara; la inclusión del reciclaje en las tarifas del servicio de aseo, cuya aplicación ha resultado confusa y sus resultados difíciles de medir o explicar ha sido otra de las medidas.
Las intenciones para llegar a ser un país más comprometido en el aprovechamiento de su producción de desechos están, pero las acciones deben ser más concretas y colaborativas, de modo que los porcentajes de reciclaje en el país aumenten considerablemente.
Tomado de Semana