Cultura del reciclaje: del residuo al recurso

Opinión de Jose Acero, viceministro de agua potable y saneamiento básico, sobre la importancia de aprovechar los residuos

Mayo fue el mes del reciclaje, una conmemoración establecida por la Unesco hace más de una década con la intención de generar conciencia sobre la importancia de gestionar apropiadamente los residuos y así contribuir con la prevención del calentamiento global, pues se disminuye la generación de gases de efecto invernadero, se desacelera la deforestación, se reduce la presión sobre recursos naturales para la elaboración de nuevos productos y se disminuye el consumo de agua y energía.

En Colombia, la Política Nacional de Residuos de 1998 priorizó el modelo de recolección, transporte y disposición final como la herramienta esencial para el manejo adecuado de los residuos generados por la población. Este modelo, conocido como ‘lineal’, sirvió en su momento para solucionar el problema de saneamiento en el país. Sin embargo, el aumento en la generación de residuos sólidos ha agotado la vida útil de los rellenos sanitarios disponibles y nos ha llevado a enfrentar graves problemas frente a la disponibilidad de predios para la ubicación de nuevos rellenos.

La insostenible diferencia entre el aumento en la generación de residuos y la incapacidad de los rellenos sanitarios para su disposición nos obligó como país a evolucionar el modelo de gestión de los residuos sólidos y enfocarnos en el aprovechamiento y tratamiento, cambiando el concepto de “basura” y rescatando el valor de estos materiales para su inclusión en un nuevo ciclo productivo. De este cambio de modelo surgió la Estrategia Nacional de Economía Circular, una iniciativa en la que confluyen diferentes ministerios, agencias públicas y diferentes instancias de cooperación internacional.

Hasta el momento hay tres grandes avances que vale la pena mencionar. En primer lugar, desarrollamos un marco regulatorio que le permite a los entes territoriales promover las actividades, aprovechamiento y tratamiento en el servicio público de aseo. En segundo lugar, se ha fortalecido la participación interinstitucional para implementar la política de agua y saneamiento básico como un elemento fundamental de la economía circular y, en tercer lugar, se ha brindado apoyo técnico y financiero a proyectos enmarcados en el concepto de economía circular.

Aunque son muchos los retos y las expectativas, Colombia es referente en América Latina porque ha incluido a las organizaciones de recicladores de oficio en la prestación del servicio público de aseo. No obstante, una de las grandes lecciones aprendidas en materia de reciclaje es que cualquier iniciativa tiene éxito en la medida que cuente con el concurso de todos los actores institucionales y de los ciudadanos.

Por parte de los alcaldes es necesario que avancen en la formulación, ejecución y actualización del Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos, en el cual deben desarrollar acciones como actualizar permanente el censo de recicladores municipal y ejecutar el Programa de Inclusión de Recicladores. Desde el sector privado también es imperativo innovar en los procesos industriales para la transformación de materiales aprovechables, pues es importante resaltar que, además de proteger los recursos naturales y reducir la contaminación, el reciclaje es también un motor en la generación de empleo. Finalmente, pero no menos importante, es esencial optimizar la adecuada separación en la fuente y aumentar las tasas de aprovechamiento y tratamiento de los residuos sólidos. Esto dignifica la labor del reciclador, puesto que al entregar los materiales separados, limpios y secos ellos no tendrían que “escarbar en la basura”.

Es hora de convertirnos en una generación que ya no habla de basura: los desechos dejan de serlo cuando encuentran una nueva vida útil. Este cambio de mentalidad nos permite entender al reciclaje como el puente entre el residuo y el recurso. Como país y como sociedad debemos asumir un compromiso para que el reciclaje sea una oportunidad de contribuir con la sostenibilidad ambiental y la reactivación económica.

JOSE ACERO
Viceministro de agua potable y saneamiento básico

Tomado de Portafolio