Multimodalismo, eficiencia y sostenibilidad financiera y social son las premisas del nuevo programa.
Tras el avance que han tenido en el último año y medio los proyectos viales de cuarta generación, conocidos como vías 4G, uno de los factores que más vienen impulsando la inversión en obras civiles desde mediados de 2018, el Gobierno puso en marcha la quinta generación de obras de infraestructura (5G).
Y lo hizo al abrir la licitación del primer proyecto, luego de publicar anoche los prepliegos de la iniciativa Nueva Malla Vial del Valle del Cauca (Accesos Cali-Palmira), con inversiones por 1,1 billones de pesos.
Este proyecto hace parte de una primera ola definida por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), y que está compuesta por 12 iniciativas que sumarán inversiones por 17,4 billones de pesos, pero que, a diferencia de la pasada generación, no serán solamente viales. Las concesiones 5G tendrán dos fases, que sumadas oscilarán entre 30 y 40 billones de pesos.
Según el presidente de la ANI, Manuel Felipe Gutiérrez, la primera ola de esta nueva generación de concesiones estará compuesta por seis proyectos viales, dos fluviales, uno férreo y tres aeroportuarios.
Según el funcionario, la principal razón para lanzar un programa multimodal fue la eficiencia y la reducción de costos, para tener mejores indicadores de competitividad frente a otros países. “Ahí puede haber ahorros de hasta el 30 por ciento, y eso se hace que las industrias y el país sean más eficientes frente a la competencia internacional”, recalca.
Pero, además, el otro cambio clave en las concesiones 5G consistirá en que no se harán proyectos tan ambiciosos y de alto costo, sino que tengan sostenibilidad financiera, es decir, que se paguen fundamentalmente con el recaudo de peajes teniendo en cuenta el complejo panorama fiscal del país.
Pero también deberán tener sostenibilidad social, que no es otra cosa que las obras repercutan en beneficio de las comunidades, generando infraestructuras para su uso y disfrute, y que no fracasen por la imposibilidad en el pago de peajes.
Por ello, similar a lo que ocurre en el sector petrolero, en las vías 5G se incluirá un componente similar, pero cuyo porcentaje será del 0,5 por ciento, el cual será remunerado y formará parte de la inversión total.
Además, al recalcar que es uno de los defensores del programa 4G, Gutiérrez explica que uno de los grandes pecados del esquema fue incluir peajes en municipios muy pobres, sin capacidad de pago.
En otras palabras, esto implicará que no habrá una inversión tan grande y tan ambiciosa como se quisiera si no tiene un recaudo grande y acorde al contexto socioeconómico local. “Estamos haciendo optimizaciones y poniendo los proyectos con el mejor alcance posible, y muchas veces se alcanza el estándar de las vías 4G, pero con costos más bajos”, indicó.
Proyectos viales
Además del proyecto Accesos Cali-Palmira, el componente vial de las concesiones 5G lo complementan cinco iniciativas. La primera, que está estructurada y a la que se le ha trabajado en los últimos 18 meses, la ruta Buga-Loboguerrero y Loboguerrero-Buenaventura, en el Valle. Ahí las inversiones previstas suman 2,4 billones de pesos, para hacer la doble calzada completa entre Buga y Buenaventura, que no ha sido posible en los últimos 20 años y que quedará viabilizada.
Esta licitación se prevé abrir en el segundo semestre, una vez concluyan las consultas previas, que fue necesario interrumpir por la emergencia sanitaria.
Otro proyecto es el de Accesos Norte Fase 2, en Bogotá, con una inversión cercana a 1,3 billones de pesos, con obras por autopista Norte, la segunda calzada en la carrera 7.ª y la variante de Sopó, Cundinamarca.
También estará incluido el proyecto ALO Sur, en Bogotá, que va desde la calle 13 hasta la conectante con la salida a Soacha, cerca al embalse del Muña.
Tendrá 24 kilómetros e inversión de 664.000 millones de pesos. Los otros dos proyectos son uno solo que se divide. Es la terminación del proyecto Ruta del Sol 2, ahora denominado Troncal del Magdalena.
El primer tramo va desde Puerto Salgar hasta Barrancabermeja, con una inversión cercana a los 2 billones de pesos, y el segundo, desde este punto hasta San Roque, Cesar, por 1,6 billones de pesos. “Ahí se pasa a la Ruta del Sol 3, que afortunadamente ya logramos salvar y se reactivó”, concluyó Gutiérrez.
Los otros modos de transporte
Los dos proyectos fluviales que hacen parte del plan 5G son la APP del río Magdalena, con inversiones cercanas a los 600.000 millones de pesos, desde Barrancabermeja hasta Bocas de Ceniza; y el canal del Dique, tasado en 2 billones de pesos de solo en obra, con 119 kilómetros, que tendrá unos sistemas de exclusas en Puerto Badel y en Calamar, teniendo un impacto ambiental positivo para una zona donde los manglares están muy afectados.
En materia férrea, el proyecto que se incluyó es el tren La Dorada-Chiriguaná, cuya inversión será de 1,2 billones de peso, que ya tiene estructuración técnica y se está haciendo la estructuración financiera y legal para abrir el proceso.
En el modo aéreo, la ANI ya tiene la estructuración de la ampliación del aeropuerto de Cali, que se adjudicaría a final de año o a comienzos de 2021, con un billón de pesos de inversión. Serán 700.000 millones para ampliar la terminal existente, y 300.000 millones de pesos para el de Buenaventura.
A estos se sumarán las obras en el aeropuerto de Neiva, por 100.000 millones de pesos.
Igualmente, ya está estructurado y se dejará contratado en el segundo semestre el proyecto de ampliación del aeropuerto Rafael Núñez de Cartagena, por 600.000 millones de pesos. A este se agregará el aeropuerto de Bayunca, también en Cartagena, en inmediaciones de la zona de Mamonal, cuya estructuración ya está hecha y está en evaluación.
Contingencias por el coronavirus
En forma paralela al trabajo de los nuevos proyectos 5G, la ANI adoptó varias medidas para que las concesiones viales enfrenten la pandemia del coronavirus. Hace 15 días expidió una resolución en la que se les ordenó a los concesionarios suspender los planes de obra (no los contratos), lo que implica que deberán estar muy pendientes de que la vía esté bien, que si hay un derrumbe se pueda levantar y que las actividades de apoyo operen.
Y en cumplimiento del artículo 25 del decreto 482 expedido por el Gobierno en la Emergencia Económica y teniendo en cuenta las restricciones para el cobro de peajes, se dio vía libre a que los concesionarios puedan adicionar en más del 20 por ciento el valor o el tiempo de los contratos, límite impuesto por la ley.
“Facilitamos la herramienta para hacer la modificación contractual correspondiente y permitir que se recupere la inversión que los concesionarios han ejecutado”, indicó el presidente de la ANI, Manuel Felipe Gutiérrez, al precisar que se han reunido con la Cámara Colombiana de Infraestructura para escuchar sus inquietudes y ver cómo se le puede ayudar al sector en esta coyuntura.
Omar Ahumada Rojas
Tomado de El Tiempo