El Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial, son ya realidades y estarán masivamente muy pronto en nuestro país.
Hasta hace apenas una generación era ciencia ficción que se pudiera tener literalmente el mundo al alcance de las manos. Hoy somos reporteros, fotógrafos y camarógrafos, hay automóviles sin conductor, telemedicina, clases virtuales, cine en casa, conexiones remotas para encender aparatos y cámaras de seguridad controladas a distancia.
El Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial, son ya realidades y estarán masivamente muy pronto en nuestro país. El papel que desempeñan las telecomunicaciones en la vida de ciudadanos y empresas se ha incrementado más que nunca durante la pandemia: teletrabajo, estudio a distancia, entretenimiento en línea, empresas afianzándose en el comercio electrónico y transacciones virtuales.
Los operadores TIC no han sido inferiores a ese compromiso y quedó claro que es imposible sobrevivir al aislamiento sin servicios públicos eficientes, continuos y sostenibles, especialmente los de telecomunicaciones y tv que son el pivote para que el país funcione.
Las empresas TIC contribuyen aproximadamente con 900 mil millones de pesos (casi el 90% del total) al Fondo Único de las TIC, creado por el Gobierno Nacional para la consolidación sectorial.
En ese contexto, reconocemos la disposición del MinTic de reducir la contraprestación que hacen al Fondo los proveedores de redes y servicios de telecomunicaciones del 2,2% al 1,9%, a partir del 1° de junio de 2020, y que -según nuestros cálculos- son cerca de 30 mil millones de pesos anuales.
Estos recursos, servirán para que se puedan seguir prestando y mejorando los servicios, garantizan que aumenten los montos para el desarrollo de redes 5G y lograrán que en todo el territorio nacional tengamos acceso a 4G.
A nivel de los ciudadanos, se ha creado un clima de confianza digital y se acelera el uso de TICs en todos los sectores. Este impulso exige revisar las necesidades en cuanto al despliegue de la infraestructura, eliminando barreras que actualmente se están observando, sobre todo a nivel municipal, donde quieren el mejor servicio pero no les gustan las antenas que lo permi ten.
La política pública debe promover la Transformación Digital del país para cerrar la brecha y permitir que los colombianos tengan acceso sin restricciones y con calidad a la Sociedad de la Información.
La virtualidad es un complemento para avanzar en la vida cotidiana y en la salvaguarda de los derechos ciudadanos, por ejemplo, mejorando el acceso a salud, justicia, educación, seguridad y participación ciudadana. En esto último, se están aplazando cronogramas para la realización de proyectos estratégicos de servicios públicos que ayudarían a reactivar económicamente a regiones apartadas y deprimidas.
Se argumenta con razón que por prevención no se hacen reuniones de consulta previa y audiencias públicas; estamos seguros que con las obligaciones de hacer se puede dar la cobertura tecnológica a esas comunidades, involucrando a los interesados.
El Gobierno y las empresas brindarían la tecnología y los dispositivos informáticos para un diálogo incluyente y transparente para dejar atrás la desigualdad y la indiferencia. El reto es aportar para que Colombia digital deje de ser una quimera.
Camilo Sánchez O.
Presidente de Andesco
Tomado de Portafolio