Este 2020 será recordado por las inesperadas afectaciones económicas y sociales que ocasionó la pandemia. Sin embargo, y pese al covid-19, el avance en materia energética del país fue notable, dando muestras contundentes del compromiso del sector con la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. A continuación, un recuento de tres de los principales hitos alcanzados este año.
En primer lugar, empezamos a recoger los frutos de una política pública cuidadosamente diseñada para que Colombia iniciara una transición energética acelerada con la masificación de energías renovables no convencionales, explotando nuestro gran potencial solar y eólico.
Gracias a las mejoras regulatorias e incentivos económicos y comerciales que, de la mano del Congreso de la República, plasmamos en el Plan Nacional de Desarrollo y en la Ley de Crecimiento, cerramos en 2020 multiplicando por más de siete veces la capacidad instalada que encontramos en agosto de 2018, cuando el país solo contaba con un parque eólico y una granja solar que no sumaban más de 30 megavatios.
Este año inauguramos granjas solares en Bolívar, Cauca, Córdoba, Meta, Risaralda, Tolima y Valle, así como sistemas de autogeneración en ciudades como Barranquilla, Medellín y Pereira, demostrando con hechos y de la mano del sector privado que la revolución de las nuevas energías es una realidad que no tiene reversa. Esta expansión continuará a un ritmo acelerado en 2021 y 2022.
En segundo lugar, después de más de dos años de trabajo con el Ministerio de Hacienda, el DNP y la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, logramos una solución estructural y definitiva a la prestación del servicio eléctrico en la región Caribe, iniciando el fin de una pesadilla que había aquejado por dos décadas a más de 10 millones de colombianos.
Este proceso se apoyó en dos pilares fundamentales: (i) un proceso competitivo que culminó con la adjudicación a nuevos operadores de los mercados de Córdoba, Sucre, Bolívar y César, y Atlántico, Magdalena y Guajira, a donde llegaron Afinia y Air-e, respectivamente, asegurando inversiones por más de $5,7 billones en los próximos cinco años; y (ii) la aceleración del Plan 5 Caribe, pasando de nueve a 22 obras de infraestructura eléctrica en operación y otras 15 en ejecución. Estas inversiones permitirán que la región Caribe, finalmente, reciba el servicio confiable y de calidad que se merece.
Y para terminar, gracias a la sanción de la Ley de Movilidad Eléctrica, la venta de vehículos híbridos y eléctricos tuvo un crecimiento de más de 80% en 2020 con respecto a 2019, año en el que Colombia se posicionó como líder en venta de vehículos eléctricos en Latinoamérica, superando a países como Chile y República Dominicana.
Adicionalmente, expedimos la reglamentación de mezclas superiores voluntarias de biocombustibles, donde gremios del sector de carga ya están operando con mezclas de 20% de biodiésel, así como el reglamento técnico para suministrar AutoGLP y NautiGLP. Esta última regulación da vía libre para que el Gas Licuado del Petróleo (GLP), un combustible que reduce las emisiones de CO2 en 21% y el número de partículas en 81% frente a la gasolina, pueda ser usado en Colombia en medios de transporte terrestres y fluviales.
Estos logros, que cumplen varias promesas de campaña y han sido reconocodios en escenarios internacionales como el Foro Económico Mundial y el Consejo Mundial de Energía, representan grandes avances no solamente en materia energética, sino que demuestran, con acciones concretas, el compromiso del gobierno del Presidente Iván Duque con nuestro principio rector de “producir conservando y conservar produciendo”.