Electrodomésticos dañados, una noche en vela, un domingo doblemente caluroso, son algunas de las escenas que se han vuelto costumbre en la Costa Caribe colombiana, debido al mal servicio de energía eléctrica que durante años se ha padecido, y que parece que pronto llegará a su fin, o por lo menos es el deseo general.
El 28 de febrero de 2020, si se cumplen los pronósticos, la historia de Electricaribe se dividirá en dos tras la subasta del servicio en la región completa o divida en Caribe Sol que comprende Atlántico, Magdalena y La Guajira; y Caribe Mar que agrupa a Bolívar, Sucre, Córdoba y César.
En conversación con El Universal, la superintendente de Servicios Públicos, Natasha Avendaño, manifestó que no existe ninguna razón para correr nuevamente la fecha de la subasta, y que por el contrario, el proceso avanza “muy bien”.
“Estamos en la recta final del proceso que se abrió en abril del año pasado, hemos dado desde el Gobierno nacional todos los pasos y todas las garantías para que el proceso sea exitoso, estructurado, transparente y competitivo. Creemos que el 28 de febrero vamos a tener éxito porque la compañía está preparándose para ser entregada en una mejor forma de la que está, y que los interesados puedan ver aquí una oportunidad de invertir y mejorar el servicio”, indicó.
Cabe destacar que para que la subasta fuese atractiva, el gobierno debió asumir alrededor de $4 billones entre el pasivo pensional y deudas adquiridas después de la intervención.
La puja por Electricaribe es sin lugar a dudas uno de los negocios del año, pues hay alrededor de 2.3 millones de usuarios en juego. Sin embargo, de los seis precalificados, hasta el momento solo se conoce que las Empresas Públicas de Medellín (EPM) están interesadas en apoderarse de uno de los mercados, pues según expresó Superservicios los nombres de los participantes están bajo reserva para garantizar las condiciones de competencia.
“Ese día se hacen las subastas por las tres empresas: el mercado completo de Electricaribe, Caribe Mar y Caribe Sol. Eso va a ser de manera electrónica, no va a haber un sobre depositado en alguna parte, para garantizar la tranquilidad”, indicó Avendaño.
Luego de surtida la subasta de manera individual, ese mismo día se conocerá si se adjudica el mercado completo o los dos segmentos separados, o en el peor de los escenarios, no hay adjudicación.
“Si el resultado es que vendemos dos segmentos individuales, hay que crear dos empresas que hoy en día no existen, por otro lado, suponiendo que solamente se adjudique un mercado, el gobierno tendría que anunciar cuáles serían las acciones a seguir para solucionar a largo plazo el segmento que queda. Lo mismo pasa si no adjudicamos ninguno de los dos; hay que tener presente que el Gobierno Nacional va a seguir garantizando la prestación del servicio como lo ha hecho hasta ahora”, aseveró.
De paso, la superintendente descartó que solo haya interés en un segmento de la región. “Eso no es cierto. Las empresas que están viendo la compañía están pensando en uno o el otro, o inclusive, en todo, ni modo de decir que van a ir por Caribe Mar o Caribe Sol”.
El escenario de que no se adjudiquen los mercados es el menos contemplado por la Superintendencia, pues durante tres meses los interesados han tenido acceso al cuarto de datos y han subsanado todas las dudas respecto a la operación.
Es por eso, que desde mediados del año pasado el gobierno empezó a hacer el plan de separación que se tiene que llevar a cabo el día que se venda Electricaribe, y que tiene el paso a paso de lo que hay que hacer.
“Hay que crear dos compañías que no existen, y de ahí en adelante coordinar no solo lo jurídico sino también lo operativo, que indique cómo se tiene que continuar y configurar la nueva prestación del servicio en los dos segmentos. Le estamos apostando a que por tarde, a mitad de año, estemos entregando las llaves, esto será un período de transición de unos meses en los que Electricaribe seguirá prestando el servicio y seguirá estando apoyado por el Fondo Empresarial del Gobierno nacional para tener los recursos necesarios para la operación, y se seguirán ejecutando las inversiones”.
Según contó Avendaño, a la fecha, el 60% de los $860 mil millones (destinados por el gobierno) están contratados.
“Cuando entreguemos las llaves se da una orden de giro a una fiducia de los recursos que todavía no se le hayan pagado a sus proveedores, para que queden ahí quietos, y los nuevos operadores, en la medida que vayan recibiendo las órdenes, van pagando de la fiducia. Eso garantiza que la plata sea para las inversiones y que no le va a entrar de caja a las empresas”.
El mal servicio de Electricaribe no es algo de ahora, es un problema que durante años han denunciado los usuarios y que se convirtió en todo un calvario.
Ante la inminente llegada de uno o varios operadores, surge la preocupación de que se repita el mismo escenario que con Electricaribe.
“Si hay dos cosas claras que no pueden volver a pasar es que, uno, no podemos caer en el error de que tengamos un operador que venga a hacer ensayos, aquí el operador tiene que saber qué es lo que viene a hacer, por eso estamos tranquilos porque las seis empresas que están precalificadas no solo tienen el músculo financiero, sino también la capacidad para poder operar en el mercado completo o en alguno de los dos segmentos”, afirmó la superintendente.
Agregó que “la segunda cosa es que efectivamente no nos puede volver a pasar que por falta de una supervisión más estricta no se cumplan los planes de inversiones y terminemos en las mismas dificultades que estamos hoy. Para eso, los interesados desde el primer momento han tenido un borrador de programa de gestión como parte de los compromisos que tienen que asumir una vez adquieran la empresa”.
Desde Superservicios se plantea hacer visitas trimestrales, y en caso de notar que se está rezagando alguna inversión, o que algún indicador no está en los parámetros que debería estar, se elevarán las alertas necesarias.
Angie Gómez Ahumedo
Tomado de El Universal